Figuras 5. Resección de fragmento de asa intestinal de aproximadamente 10 cm.
Invaginación intestinal que compromete el íleon terminal, secundaria a divertículo de Meckel.
Se define la invaginación intestinal como una alteración caracterizada por la introducción de una porción de intestino en sí mismo y en sentido distal.1 Asimismo, esta patología se clasifica, según su ubicación, en íleo-cólica, íleo-íleo-cólica, colo-cólica e invaginación del intestino delgado (yeyuno-yeyunal e íleo-ileal), siendo con mayor frecuencia ileocólicas.
En el 90% de los casos, su etiología es idiopática o primaria. Se ha propuesto que la hiperplasia de nódulos linfáticos intestinales secundaria a gastroenteritis o infecciones respiratorias agudas actuaría como cabeza de invaginación. En los casos secundarios, el divertículo de Meckel es el hallazgo más frecuente, siendo esta la etiología de nuestro caso. Se origina debido a la persistencia del conducto onfalomesentérico o vitelino, como un saco o estructura tubular ciega en el borde antimesentérico del íleon distal. Otras etiologías posibles son los pólipos intestinales y el linfoma, especialmente en niños mayores.2
Su sintomatología puede ser inespecífica, siendo la triada clásica el dolor abdominal agudo (de tipo cólico), las heces en gelatina de grosella o hematoquecia y una masa abdominal palpable, presentes en menos del 50% de los niños con invaginación intestinal. Finalmente, algunos casos en los que el diagnóstico se retrasa por su clínica inespecífica, se manifiestan como un shock de origen desconocido.3
Los signos de obstrucción intestinal, como las asas dilatadas y los niveles hidroaéreos, son evidentes y pueden obtenerse el sitio de la obstrucción. La ecografía se plantea como un método de diagnóstico útil, que aporta la visualización de los signos clásicos, como lo son en “diana” en una vista transversal y de “seudoriñón” en una vista longitudinal. Actualmente, el método radiológico más sensible para el diagnóstico es la tomografía computarizada de abdomen, que puede evidenciar, de manera característica, una imagen en diana o un tumor homogéneo en forma de salchicha.5
El manejo de esta entidad radica en la reducción radiológica de la invaginación intestinal, ya sea con aire o enema de solución salina, con éxito en más del 80% de los pacientes, por lo que se considera la opción de elección, reservándose la intervención quirúrgica en caso de fracaso de la reducción radiográfica y presencia de signos de perforación, peritonitis, shock/sepsis, neumoperitoneo o bien de una lesión patológica.4
Consentimiento para la publicación. Para la confección de este manuscrito, se utilizaron datos anonimizados que no han distorsionado su significado científico.
Propiedad intelectual. Los autores declaran que los datos y las figuras presentes en el manuscrito son originales y fueron realizados en sus instituciones pertenecientes.
Aviso de derechos de autor

© 2022 Acta Gastroenterológica Latinoamericana. Este es un artículo de acceso abierto publicado bajo los términos de la Licencia Creative Commons Attribution (CC BY-NC-SA 4.0), la cual permite el uso, la distribución y la reproducción de forma no comercial, siempre que se cite al autor y la fuente original.
Cite este artículo como: Serpa A A, Orozco M E, Chiaradia P C y col.. Abdomen agudo pediátrico. Acta Gastroenterol Latinoam. 2022;52(1): 106-107. https://doi.org/10.52787/agl.v52i1.148
Acta Gastroenterol Latinoam 2022;52(1):106-107